Hay solo una manera de hacer yogur de forma segura en casa: a partir de fermentos lácticos frescos. Con Yogumel tus yogures caseros serán seguros y, además, aprovecharás al máximo las cualidades de los fermentos lácticos vivos.
En este artículo te explicamos cómo hacer yogur de forma segura en casa, qué es la contaminación cruzada y cómo evitarla y, finalmente, cuánto tiempo puedes conservar los yogures en la nevera para poderlos disfrutar de manera segura.
¿Qué maneras hay de hacer yogur de forma segura en casa?
El método tradicional: un modo no tan seguro
Hacer yogur en casa al modo tradicional consiste en hacer yogures a partir de otro yogur de supermercado. El proceso es sencillo, pero la realidad es que hacerlo de este modo no es del todo seguro.
Y, ¿por qué?, te estarás preguntando. Cuando haces yogures a partir de otro yogur estarás reutilizando los fermentos lácticos presentes en un yogur para un segundo proceso de fermentación.
En este caso, los fermentos estarán envejecidos y además el riesgo de contaminación cruzada se incrementa. Así pues, no es la mejor manera de hacer yogur de forma segura.
¿Qué son exactamente los fermentos envejecidos?
Cuando se produce un yogur de manera industrial hasta que lo compramos en el supermercado, las bacterias del ácido láctico que se encuentran en el yogur van perdiendo cualidades y disminuyen en número.
Esto pasa porque las bacterias se encuentran en un ambiente poco favorable para su supervivencia. Por lo tanto, este yogur industrial tendrá fermentos lácticos envejecidos, poco potentes y con menos capacidades para una segunda fermentación.
Esto significa que, si utilizamos un yogur para hacer otro yogur (es decir, una segunda fermentación) obtendremos yogures de menos calidad y con más riesgo de contaminación cruzada.
Hacer yogur a partir de fermentos lácticos: la manera más segura
Hay otra manera de hacer yogures en casa igual de práctica y fácil que con el modo tradicional. Y es usando fermentos lácticos vivos que no se hayan usado nunca antes para hacer yogur. Son los fermentos que te encuentras en los sobres de Yogumel, por ejemplo.
Haciéndolo así te aseguras de usar fermentos lácticos frescos, activos y en cantidades adecuadas. Además, conseguirás más fácilmente una buena consistencia, textura y sabor en todos tus yogures.
Pasados 14 días desde la primera fermentación (inoculación) de la leche, los fermentos lácticos que hay presentes en el yogur van decreciendo. Por lo tanto, es recomendable evitar el uso de otro yogur (ya sea casero como industrial) como iniciador del proceso de fermentación para hacer nuevos yogures. Y no solo por un tema de cantidad y calidad de los fermentos, sino por un tema de seguridad alimentaria y contaminación cruzada.
Aquí te explicamos el paso a paso para hacer yogur con Yogumel.
¿Qué es la contaminación cruzada?
La contaminación cruzada es el proceso en el que microorganismos u otras sustancias con alérgenos, se pueden transferir de unos alimentos en mal estado a otros alimentos de manera no intencionada. Como resultado, puede haber consecuencias perjudiciales para la salud al tomar esos alimentos.
Este tipo de contaminación puede ocurrir cuando hacemos yogures en casa de una manera no segura. De hecho, puede provocar que al hacer yogur a partir de un yogur en mal estado (aunque aparentemente no lo parezca) o a punto de caducar, tengamos como resultado 6 yogures también en mal estado sin darnos cuenta.
La contaminación cruzada actúa exactamente como un efecto dominó.
¿Y por qué ocurre?
Se debe tener en cuenta que los yogures no son estériles. Por lo tanto, a medida que aumenta su vida útil, pueden crecer hongos o bacterias no deseadas.
Cuando queremos hacer yogures y usamos un yogur como iniciador para la fermentación de la leche (el modo tradicional de hacer yogures en casa) no podremos saber qué tipo de microorganismos estamos añadiendo a la leche y esto podría resultar perjudicial para la salud.
Como más vida útil tenga el yogur que vamos a usar como iniciador, más bacterias contendrá. El problema es que no solo serán las bacterias del ácido láctico (o fermentos lácticos) que sí que nos interesan, sino que puede haber otros microorganismos contaminantes.
¿Cómo evitar la contaminación cruzada?
En el caso que nos ocupa, que es el de los yogures, la contaminación cruzada puede evitarse haciendo yogures en casa con sobres de fermentos frescos.
Como hemos visto, con Yogumel los fermentos lácticos se conservan a la perfección hasta su uso. Así cuando hacemos yogures todos tendrán una alta calidad y te saldrán yogures en buenas condiciones.
¿Cómo conservar el yogur una vez hecho?
Una vez tengas hechos los yogures, podrás conservarlos bien tapados entre 7 y 14 días en la nevera.
Es ideal si tienes unos tarros que ya tengan tapa y que cierren herméticos. De este modo te será facilísimo guardar los yogures en la nevera y te será muy práctico cada vez que quieras tomarte uno.
Si no, también se puede guardar todo el litro de yogur en un envase hermético e ir sirviendo el yogur a medida que se necesite. Lo importante es volver a taparlo bien al terminar de servirse y evitar dejarlo fuera de la nevera, sobre todo en verano cuando hace calor.
¿Merece la pena el yogur casero?
Rotundamente sí 🙂
Hacer yogur de forma segura en casa merece mucho la pena por muchos motivos:
- Podrás hacer yogures a tu gusto, ya sean naturales o con otros ingredientes que te gusten.
- Podrás hacer yogures enriquecidos con probióticos.
- Sabrás exactamente qué hay en cada yogur, sin añadidos que no aportan nada o perjudican tu salud.
- Podrás prepararlo muy fácilmente con yogurtera, horno o robot de cocina. Ni te darás cuenta y ya los tendrás hechos. ¡Incluso se pueden hacer en el lavavajillas!
- Hacer yogur en casa es económico y muy, muy fácil. Es un proceso que parece algo muy “industrializado” pero a la que lo pruebes verás que está chupado y, además, por pocos céntimos por yogur te estás garantizando que tienes en casa un producto de alta calidad.
